marzo 12, 2005

A punto

No quiero escuchar / no pasó nada / los dedos como si bailaran / otra vez / de haberlo sabido / ya lo sabía / y no pasó nada / todo me toca / todo lo que me toca me lastima / lo que me lastima me duele / de lo que me duele me quejo / pero dicen que no pasó nada / ¿que hago acá? / otra vez / la boca como si hablara / pero no dice nada / el tiempo suele pasar / es lo unico que pasa / del resto no pasa nada / la soga como si apretara / otra vez / ya fue / si sigo asi voy a destruirme / devorandome a mi mismo / no quiero escuchar mas / nunca otra vez / mi cabeza como si explotara / por favor / que no pase más nada

Hasta que se acabe la luna

No se si me oiste. Creo que ya te has dormido.
Voy a amarte hasta que se acabe la luna.
No levanto la voz para no alejarte del sueño. El mío está durmiendo a mi lado. Y no necesito cerrar los ojos para verlo. Tampoco dejarlos abiertos.
Voy a amarte hasta que se acabe la luna.
Si ahora el ayer no me importa. Las lunas que se acabaron, nadan en el mar de la nostalgia. Pero ahora sos vos la que respira en mi hombro. La que juega con la lengua en su boca. La que mueve los párpados como si fuera a despertarse.
Te conté la historia del tonto que juega a correr enterrado en la arena movediza. No se si me oís. No se si estarás soñando con mis palabras.
Voy a amarte hasta que se acabe la luna.
Si por una de esas casualidades, debo enterrar otra luna bajo mis pies, la hundiré con mis lágrimas, hasta llevarla a los más profundo.
Pero ahora sos vos la que brilla como la luna. La que se deja amar como el agua. Con la cara plateada.
Que no se acabe la luna. Eso quiero soñar. Que esta vez sea cierto.
Si queres sorprenderme, me harías bien. Y cuando se acabe la luna, poder despertar amandonos. Pero no depende solo de mi.
Hasta la luna te sigo. Hasta que se acabe, al menos.

Como ayer

Si cuando te tuve negué tu presencia.
Si cuando te ahogaste dejé que te hundieras. Esperando.
De todas las formas posibles... hasta hartarme.
Pero cuando te observo no te veo.
Cuando camino me quedo quieto. En el mismo espacio de siempre. Con el mismo paisaje, a la misma distancia. Esperando.
Con la lucha interna que me sobrepasa. Con los ojos rojos que no me alcanzan.
Porque no puedo. Porque simplemente espero.
Y se va a inundar el patio. Pero con mi pecho ardiendo. Y hasta que no tenga el agua hasta la nariz, seguiré esperando.
Caminando en el mismo lugar. Escribiendo las mismas excusas. Deshojando mis manos como pétalos del no.
Y los labios resecos. Y tu sonrisa comprensiva que me destruye. Y las pavadas de siempre.
Si cuando te esperé llegaste. Pero te seguí esperando.
Si cuando me quejo me oigo... me odio.
No es cuestión de esperar.
El tiempo no cura nada. Al tiempo no se lo debe esperar.